Cómo se componen las obras

 

Hay que recalcar que los objetos que componen estas obras no han sido diseñados originalmente como material de arte o fines estéticos sino que son viejas piezas en desuso o desechadas para la función que fueron fabricadas. Estos objetos son elegidos minuciosamente por el artista que los incorpora a sus obras en conjunto o de forma individual para logar expresar un mensaje o emoción.

Todas las obras de esta exposición están compuestas por piezas de desguace procedentes de vehículos a motor, bicicletas, aperos de labranza, electrodomésticos, circuitos electrónicos, herrajes, etc, etc.

La mayor parte de ellas son principalmente de hierro, pero también hay partes de cobre, bronce, vidrio y plástico. La unión de ellas están realizadas con soldadura de arco y TIG. Para la unión de las piezas que no pueden ser soldadas por estos métodos se ha recurrido a la tornillería, termoplástico o estaño.

Los componentes una vez seleccionados son desengrasados y limpiados con un cepillo de púas metálicas manteniendo siempre el brillo natural de cada metal intentando preservar la textura original sobre todo en los herrajes antiguos. No hay ninguna pieza pintada, salvo algunas que mantienen su color original.

Se termina la escultura con una capa de laca incolora para apreciar el brillo natural e identificar mejor el elemento original. La mayor parte de los objetos que componen las obras serán reconocidas por cualquier observador, aunque la identificación de algunos elementos requiere conocimientos de electromecánica.

En definitiva, la exposición de los trabajos de Fernando Brun nos sumerge en el mundo artístico mediante el hierro reutilizado. Cientos de piezas de metal se unen y entremezclan para crear bellas obras de arte que no nos dejarán indiferentes. La originalidad se plasma en estos trabajos dotados de vida, acción y movimiento, en los que también se aprecia la dificultad en la elección de los componentes, que deben mantener la proporción del conjunto de la obra.